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lunes, 16 de julio de 2012

Nuevo cielo Nueva tierra. Apocalipsis 20- 22


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Junio 7 2012.                   VER VIDEO
Cuando las cosas nos están saliendo bien siempre hablamos de estar en el cielo.
Apocalipsis es un libro simbólico y muchas de las cosas que en el encontramos no se las puede tomar de manera literal.
Pero en este caso Dios nos habla de que con Cristo podemos tener un nuevo cielo pero también una nueva tierra. Un cielo para vivir maravillosamente en la eternidad, y una tierra la cual podemos disfrutar mientras llega ese momento tan anhelado en el cielo.
La biblia nos habla de mil años de completa paz donde Satanás será atado, y que después será soltado. 20: 1-3 “Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano.  20:2 Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años;  20:3 y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.”
Muchas personas se pasan la vida tratando de descifrar el cuándo de esos mil años si son después de, o antes de. En ese afán se les ha olvidado disfrutar y vivir como Dios quiere. Que debemos saber de esto:
1. COMO SERA VIVIR EN ESE CIELO O EN ESA NUEVA TIERRA
                   1.1. Estar con Dios: 21: 3 “Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.” La presencia de Jesucristo en nuestras vidas es lo que nos permitirá disfrutar de todo lo que tengamos.
                 1.2. Vivir Bien: 21: 4 “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.” En el cielo es algo obvio pensar que vamos a vivir bien, pero Dios quiere que también aquí en la tierra disfrutemos de buenas condiciones de vida.
                1.3. Empezar de Nuevo: 21: 5 “Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.” Con Jesucristo tenemos la oportunidad de comenzar de ceros, no importa cómo fue nuestra vida pasada ahora somos nuevos, las cosas viejas pasaron. 2 corintios 5: 17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” Es como el programa de protección de testigos, el estado lo lleva a vivir a otro país y le proporciona una nueva identidad.

2. QUE HACER PARA CALIFICAR A TAN HERMOSA OPORTUNIDAD
                   2.1. Cuidar Nuestras Obras: 20: 12; 22: 12 “Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras; He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.” Más que preocuparnos de cuándo será ese día debemos velar para que nuestras obras alcancen para conservar ese regalo que Dios nos dio: la salvación y la vida eterna. La salvación no nos cuesta es por gracia no por obras, nuestras obras son las encargadas de conservar ese regalo. A través de nuestras obras es como nosotros demostramos si somos merecedores de tomar ese regalo.
              2.2. Luchar hasta el final: 21: 7- 8 “El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.” Ser el mejor o vivir en un hermoso paraíso no es fácil, las mejores cosas requieren esfuerzo y dedicación. Estar dispuesto a dejar algunas cosas que se nos han convertido en comodidad. Madrugar, leer, trasnochar, congregarnos, capacitarnos etc.
            2.3. Esperar o anhelar la venida del Señor: 22: 7 “¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.” Anhelar no solo es desear ese día o algo, anhelar es estar preparado para ese día o eso que deseo. Solo la palabra de Dios nos prepara.
           2.4. Ser fiel en adorar a Dios: Dios es celoso y exige que la Adoración solo sea para él, ni los ángeles aceptan Adoración de parte de los hombres. 22: 8-9; 19: 10 “Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas.  22:9 Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.” 19: 10 “Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.”  La falta de conocimiento nos lleva adorar a otros o hacer que nos adoren a nosotros.
         2.5. Fiel en su palabra: 22: 18-19 “Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro.  22:19 Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.” La palabra de nuestro Dios  no la podemos adaptar a nuestro acomodo, o mejor dicho poder podemos, pero no es conveniente porque Dios castiga a quien lo haga. No podemos ni aumentarle ni quitarle. Enseñar una verdad a medias es quitarle, una verdad a medias es lo mismo que una mentira.
  Dios nos muestra a través de los últimos capítulos de apocalipsis su deseo de recuperar para nosotros esos tiempos maravillosos del edén o del paraíso.
Solo viviendo en un paraíso podremos disfrutar de la vida maravillosa que Dios nos dio. 22: 1-5 “Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero.  22:2 En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones.  22:3 Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán,  22:4 y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes.
22:5 No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos.”
Con Jesucristo tenemos derecho al árbol de la vida que fue negado en un principio nuestro padre terrenal Adán.
Con Jesucristo todo es posible, con el se rompe toda maldición presente o del pasado, solo confía en él y el te hará libre.
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